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Jóvenes voluntarios siembran arboles para disminuir la contaminación ambiental y generar arreas verdes

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Llamado a la Tierra es una serie que el ser a comprometido con reportar los desafíos ambientales que enfrenta nuestro planeta, además de mostrar las soluciones a esos retos. La iniciativa de los jovenes para crear conciencia y educación sobre los asuntos de sostenibilidad claves y para inspirar acciones positivas.

El cerro Tecana, que lucha por sobrevivir en medio de las amenazas del fuego y la tala ilegal, cuenta con una aliada que está dedicada a sembrar árboles para reforestar el bosque y, principalmente, para sembrar un cambio duradero en la comunidad que sea ejemplo para El Salvador y más allá de sus fronteras.

Y el Tecana está amenazado. Los incendios forestales y la tala de árboles, que se hace con el objetivo de expandir los cultivos en la zona, han diezmado el cerro y puesto en peligro los recursos vitales que provee.

Frente a esta realidad Gavarrete propuso una solución. Se llama "Suma un bosque", y tiene como objetivo la restauración a través de un proceso de reforestación con árboles nativos en el que participe la propia comunidad. La bióloga fue reconocida por Global Landcape Forum, una organización que trabaja en la restauración de ecosistemas y que premia a seis jóvenes de todo el mundo comprometidos con esta causa.

¿Por qué su proyecto es tan especial? Gavarete explica que el trabajo de restauración de ecosistemas implica aplicar conocimientos técnicos y en eso se enfocan muchas iniciativas. "Pero enfocarse solamente en el trabajo de restauración a veces no da los mismos frutos que enfocarse a trabajar también de la mano con la comunidad", dice, y esto es lo que hace a su proyecto especial: busca brindar recursos a la comunidad para que ellos se apropien del proceso.

El poder de los jóvenes: convertir el 'no' en motivación

Para reforestar el cerro Tecana, Gavarrete se puso en contacto con otro joven con quien ya había compartido horas de trabajo y que se encontraba impulsando las mismas acciones en el cerro hace siete años: Caleb Palilla. Él, junto a un puñado de amigos, creó en 2015 la organización "Un Pulmón más", que trabaja en la conservación de ecosistemas y que ya tenía una larga historia en Santa Ana.

De hecho, en siete años, sumando las dos iniciativas, en el cerro y las lomas que están alrededor se han plantado 12.000 árboles.

"Nuestra organización trabaja solo con jóvenes porque los jóvenes son esas personas que al decirle que no se les impulsa a que puedan generar cambios, a que puedan generar ese cambio en nuestro planeta q se necesita para poder garantizar el futuro", explica. "Mantenemos el ideal de poder crear un futuro mejor para el futuro cercano y lejano".

Doña Marce, la otra protagonista: "Para mí el cerro Tecana es una vida"

Marcela de Jesús Saldana tiene 68 años, hace tres décadas que vive en área, y se ha vuelto una figura clave para que funcione la restauración del bosque en el cerro Tecana.

"Para mí el cerro Tecana es una vida", dice a CNN. Trabaja codo a codo con los integrantes de Un Pulmón más y pone el lugar para guardar los árboles donados que se van a sembrar. Siempre, acarrea y hasta hace refrigerios. "Cuando no vienen yo me siento bien triste", explica, ya que para ella estos jóvenes son familia.

También son familia los árboles, a los que califica, entre lágrimas, como unos hijos "adoptados".

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